- INDIA, LA “POTENCIA PREMATURA”

El país de Gandhi está llamado a ser el tercer gran protagonista, junto a EE UU y China, del siglo XXI. No obstante, este gigante demográfico presenta numerosas fragilidades económicas, sociales y educativas.

El año pasado, los dirigentes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas visitaron India, acompañados de delegaciones empresariales.

La economía india ha estado creciendo a más del 8% anual, lo que la ha vuelto cada vez más atractiva para el comercio y la inversión.Cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó en noviembre ese país, mostró su apoyo a la propuesta de que India pase a ser un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Lo mismo hicieron el primer ministro de Reino Unido, David Cameron; el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, pero el último en visitarla, el primer ministro de China, Wen Jiabao, nada dijo al respecto.

Las declaraciones oficiales de ambas partes subrayan las amistosas relaciones entre India y China y algunos analistas comerciales sostienen que esos dos mercados gigantescos y en rápido crecimiento llegarán a ser una "Chindia" económica. Cuando el primer ministro Wen la visitó hace siete años, firmó un amplio pacto quinquenal de cooperación estratégica. Como dijo entonces el primer ministro de India, Manmohan Singh, "India y China pueden remodelar el mundo juntas".

Semejantes declaraciones reflejan un cambio considerable en comparación con la hostilidad que dificultó las relaciones chino-indias a raíz de la guerra que enfrentó a esos dos países en 1962 por una frontera disputada en el Himalaya. No obstante, la inquietud estratégica sigue oculta bajo la superficie, en particular en India.

El PIB de China es tres veces mayor que el de India, su tasa de crecimiento es mayor y su presupuesto para la defensa ha ido en aumento. La vieja disputa fronteriza sigue pendiente, los dos países rivalizan por la influencia en Estados vecinos, como, por ejemplo, Birmania y, en los últimos años, China ha actuado entre bastidores para impedir que el puesto de miembro permanente del Consejo de Seguridad confiera a India la condición de gran potencia.


Pero no se puede por menos que hablar de India como futura gran potencia y algunos indios predicen un mundo tripolar, basado en Estados Unidos, China e India, a mediados de este siglo. La población de India (1.200 millones de habitantes) es cuatro veces mayor que la de Estados Unidos y es probable que en 2025 supere a la de China. Vijay Joshi, de St. John's College de Oxford, sostiene que, "si extrapolamos las tendencias actuales, dentro de 25 años India ocupará el tercer lugar del mundo por su producto nacional (después de Estados Unidos y China)".

Durante decenios, India padeció lo que algunos llamaron la "tasa hindú de crecimiento económico" de un poco más del 1% al año. Después de la independencia en 1947, India aplicó una política centrada en sí misma y en la industria pesada, pero resultó que la tasa de crecimiento económico se debía menos a la cultura india que a una importada planificación económica socialista (fabiana y de otra índole).

Después de que, a principios del decenio de 1990, se hicieran reformas orientadas a promover la economía de mercado, las tasas de crecimiento se dispararon y las proyecciones indican un crecimiento de dos cifras en el futuro. Martin Wolf, del Financial Times, llama a India "potencia prematura", un país con bajos niveles de vida, pero una economía enorme.

Cree que, dentro de un decenio, la economía india será mayor que la de Reino Unido y, dentro de dos, mayor que la de Japón. India tiene una clase media en ascenso de varios centenares de millones de personas y el inglés es una lengua oficial, hablada por entre 50 millones y 100 millones de personas. A partir de esa base, el sector indio de la información puede desempeñar un importante papel mundial.

India tiene también importantes recursos de poder duro: entre 60 y 70 armas nucleares, misiles de medio alcance, un programa espacial, un Ejército de 1,3 millones de personas y un gasto militar anual de casi 30.000 millones de dólares, es decir, el 2% del total mundial.

Desde el punto de vista del poder blando, India cuenta con una democracia asentada y una brillante cultura popular con influencia transnacional.

India tiene una diáspora influyente y su industria cinematográfica, "Bollywood", es la mayor del mundo en cuanto al número de películas producidas anualmente, con las que compite favorablemente con Hollywood en algunas partes de Asia y de Oriente Próximo.

Al mismo tiempo, India sigue siendo un país en gran medida subdesarrollado, con centenares de millones de ciudadanos analfabetos e indigentes. Una tercera parte, aproximadamente, de los indios viven en condiciones de extrema pobreza e India cuenta con la tercera parte, más o menos, de los pobres del mundo.

El PIB de India, que asciende a 3,3 billones de dólares, mientras que el de China llega a cinco billones de dólares, representa el 20% del PIB de Estados Unidos. A consecuencia de ello, la renta por habitante de India, situada en 2.900 dólares (en cuanto a paridad del poder adquisitivo), es la mitad de la de China y una quinta parte de la de Estados Unidos.

Aún más chocante es que, mientras que el 91% de la población china sabe leer y escribir y el 43% de ella es urbana, las cifras correspondientes a India sean solo el 61% y el 29%, respectivamente.

Todos los años, India produce el doble, aproximadamente, de ingenieros y licenciados en informática que Estados Unidos, pero The Economist informa de que "solo el 4,2% están capacitados para trabajar en una empresa de programas informáticos y solo el 17,8% están en condiciones de encontrar empleo en una empresa de servicios de tecnologías de la información, aun después de recibir formación durante seis meses".

Síntoma de ello son los deficientes resultados de India en las comparaciones internacionales de universidades: la clasificación de las universidades asiáticas de 2009, preparada por la consultora QS de enseñanza superior, muestra que el centro indio mejor clasificado es el Instituto Indio de Tecnología de Bombay, que ocupa el puesto 30. Diez universidades de China y Hong Kong ocupan puestos superiores. Las exportaciones de tecnología avanzada representan solo el 5% de las exportaciones totales de India, frente al 30% en el caso de China.

Así pues, no es probable que India desarrolle los recursos de poder necesarios para llegar a igualar a China en el próximo o los dos próximos decenios y, si bien los dos países firmaron acuerdos en 1993 y 1996 que prometían una solución pacífica de la disputa fronteriza que provocó la guerra de 1962, conviene señalar que, justo antes de los ensayos nucleares de India en marzo de 1998, su ministro de Defensa calificó a China de "enemigo potencial número uno" de su país. Más recientemente, en 2009, la cuestión fronteriza volvió a estallar.

Los funcionarios indios se muestran en general discretos en público con China, pero en privado sus preocupaciones siguen siendo inmensas. En lugar de llegar a ser una aliada, es más probable que India llegue a ser uno de los países asiáticos que procure equilibrar el ascenso estratégico de China.

Joseh S. Nye, Jr. es profesor en la Universidad de Harvard. Su nuevo libro, The future of power (El futuro del poder), se publicará en febrero de 2011. © Project Syndicate, 2011. Traducido del inglés por Carlos Manzano. En este enlace puede encontrar un podcast de este artículo:
http://media.blubrry.com/ps/media.libsyn.com/media/ps/nye90.mp3
Fuente: El pais

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