Nueva Delhi y Pekín han colocado este martes pasado dos piezas fundamentales en el puzzle diseñado en Copenhague para luchar contra el calentamiento global. China se ha asociado oficialmente al centenar de países que dieron su visto bueno a las medidas acordadas en la pasada Cumbre del Clima para luchar contra el cambio climático. Horas antes lo había hecho la India, el otro gigante en vías de desarrollo que había quedado al margen de Copenhague.
El pacto se fija como objetivo que la temperatura media de la Tierra no aumente más de dos grados de aquí a 2050, y prevé crear en 2020 un fondo de ayuda a los estados más pobres dotado con unos 70.000 millones de euros anuales. El acuerdo no contempla sanciones en caso de incumplimiento.
China y la India son dos de los países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que su decisión ha dado un nuevo impulso a la lucha contra el cambio climático. Ahora los ojos de muchos activistas se tornan hacia Rusia, el único gran contaminante del planeta que aún no ha notificado si quiere o no sumarse al pacto de Copenhague.
De este modo, Rusia se convierte en el único gran contaminante que todavía no ha notificado que quiere adherirse al acuerdo, que ya han suscrito más de cien países.
El documento recoge además la creación de un fondo de 100.000 millones de dólares a partir de 2020 para hacer frente al cambio climático en los países más pobres y vulnerables y establece que la temperatura del planeta no debería incrementarse por encima de los dos grados centígrados, aunque no compromete a los estados a medidas obligatorias para alcanzar este objetivo.
El acuerdo no pudo ser suscrito por unanimidad en la última Cumbre del Clima de Copenhague por lo que la Convención de la ONU sobre Cambio Climático sólo pudo "tomar nota" del texto, impulsado entre Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica. Por este motivo, los países deben indicar formalmente su adhesión al documento.
Fuente: Euronews
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