- En la asamblea general de AFM celebrada el mes pasado resumió la situación del sector de forma muy gráfica: tras la crisis de pedidos de 2009 llega la hora de la crisis de actividad. ¿Cuál es la situación exacta del sector español de máquina-herramienta?
- En 2009 vivimos el peor año de la historia en cuanto a captación de pedidos, con una caída del 66%. El peor momento fue el primer trimestre. Desde entonces experimentamos cinco trimestres consecutivos con una tendencia alcista, aunque de forma muy moderada y desde niveles de captación mínimos. En un sector con periodos de fabricación largos, de entre seis meses y un año, esa caída de pedidos se refleja en la producción meses después. Así, el nivel de actividad tocó fondo en octubre-noviembre pasado, cuando los niveles de producción estaban al 40% de la capacidad productiva. Ahora estamos algo mejor, al 60% de media, aunque de forma muy desigual, con compañías que pueden estar trabajando al 90% y otras al 20%. Esta mejora estadística se debe no sólo a la ligera recuperación de la demanda, también a la adaptación laboral que se ha producido, que ha reducido la capacidad de producción.
- Esa recuperación de la demanda, ¿permite ser optimista?
- Es una recuperación muy localizada en Asia, en países como China, Taiwán, Korea o India. En menor medida, Brasil empieza a apuntar cierta mejoría, y confiamos en que las políticas de activación de la demanda impulsadas en EE UU sirvan para recuperar la actividad en ese país y, colateralmente, en Canadá y México. Europa sigue asentada en la crisis de demanda y aunque parece que hay más consultas y llamadas de teléfono, falta que ese movimiento se concrete en nuevos contratos. Por eso decimos que 2010 es de nuevo un año para resistir. Empezamos con una cartera muy deteriorada, lo que hará que tengamos unos niveles de actividad especialmente bajos, aunque confiamos en que se produzca una ligera mejora tanto de captación como de actividad en el segundo semestre.
- Las empresas vascas y españolas ¿han llevado la crisis mejor o peor que las de otros países?
- En la línea. La crisis de la máquina-herramienta española no es de competitividad, porque son empresas altamente internacionalizadas e innovadoras. Se debe a la brutal caída de la demanda, que en todos los países se ha reducido entre un 40% y un 80%. Ello ha provocado una caída de la producción mundial del 32%, que ha sido generalizada. Así, el descenso de la producción en Europa ha sido del 35%, en Asia del 30% y en las empresas de AFM, del 29,6%. La única excepción fue China, que el año pasado aumentó su producción un 7% y ya se ha convertido en el primer fabricante y el primer consumidor mundial de máquina-herramienta.
- Dice que la recuperación viene de Asia y de otros países emergentes como Brasil. ¿Cuál es la posición del sector vasco en esos mercados?
- Somos un sector muy internacionalizado, como demuestra que el 75% de las ventas se produce en el extranjero. Cierto es que el 50% se concentra en Francia y Alemania, pero en los últimos seis años hemos hecho un esfuerzo enorme de aproximación a los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), habiendo multiplicado por diez nuestra presencia allí. Estamos bien posicionados pero necesitamos seguir profundizando en esos mercados.
- Uno de los problemas históricos de nuestras empresas es su limitado tamaño, que impide acceder a pedidos del alcance de los que se producen en esos países...
- En efecto. Una de las tareas en las que debemos trabajar es en adaptarnos para ser capaces de responder a la demanda de esos países. No sólo por la capacidad productiva en sí misma, que también, sino en reforzar nuestra presencia productiva en esos países. Cada día es más difícil sostener una relación con China o India con producción local. Y ahí vuelve el hándicap del tamaño, ya que algunas empresas no tienen capacidad para instalarse productivamente allí.
- Entonces, ¿se prevén fusiones en el sector?
- Es difícil vislumbrar fusiones a corto plazo, aunque no se pueden descartar a medio y largo. Pero una fusión debe ser un paso natural dentro de un proceso previo de colaboración. Por ahora, en AFM creemos más en el trabajo en equipo y la colaboración interempresarial para abordar proyectos que en movimientos forzados.
- Por un lado dice que las empresas son competitivas y que el problema es de demanda. Por otro que tenemos un déficit de tamaño... ¿cómo aborda el sector el día después de la crisis? ¿en ventaja o en desventaja?
- Hemos sido competitivos en el escenario anterior. Pero tras esta crisis jugamos en un terreno de juego distinto, con reglas distintas, en el que las claves de competitividad no tienen por qué ser las mismas. Lo que pide un cliente de China o India no es lo mismo que precisa uno de Alemania o Francia. El reto es ser capaces de atender también las necesidades de los nuevos clientes.
- ¿A qué diferencias se refiere?
- Por ejemplo en elementos de automatización o de confort que aquí se valoran mucho y en Asia no tanto. En Europa se necesitan máquinas con altos niveles de automatización. En China o India, donde los costes laborales no son un aspecto prioritario, se fijan más en el precio o únicamente en la precisión con que la máquina desempeña la tarea para la que ha sido construida, sin importar los 'extras'.
- ¿Significa eso que las empresas necesitan ahora hacer máquinas menos 'modernas'?
- Lo que digo es que tenemos que actualizar nuestra propuesta de valor. Volver a máquinas más simples, centradas en la esencia de su función, y reducir los 'adornos'. No significa en absoluto que haya que dejar que innovar. Todo lo contrario, pero hacer una innovación más centrada en la esencia original del producto. El nuevo escenario obliga a reconsiderar los conceptos de competitividad que hemos tenido hasta ahora.
- El consejero vasco de Industria, Bernabé Unda, ha anunciado un plan de apoyo al sector más ambicioso que el Renove del año pasado. ¿Sabe qué medidas prepara?
- No. La entrevista que le hizo DV causó gran impacto en el sector. Hemos preguntado al consejero en varias ocasiones y no suelta prenda, aunque sí parece que tiene algo en mente. El Renove tuvo un éxito sin precedentes. Los primeros cinco millones de euros se agotaron en cuatro días, y los cinco de la prórroga en apenas cuatro horas, lo que demuestra que cualquier medida incentivadora de la demanda en bienes de equipo es bien acogida.
- Usted ha pedido al Gobierno central que imite al vasco y también conceda medidas de apoyo.
- Quiero aclarar que las ayudas no eran para los fabricantes de máquina-herramienta, sino para sus empresas clientes. Y que tenían derecho a ellas independientemente de si compraban la máquina a un fabricante español, italiano o chino. Nosotros nos hemos beneficiado en la medida en que han comprado a nuestras empresas. Dicho esto, la renovación del parque de máquinaria en la industria contribuye al cambio de modelo productivo que tanto se reclama. Una máquina nueva significa más eficiencia, más precisión, más productividad y menos consumo de energía. La base de la sostenibilidad en la industria comienza en los bienes de equipo.
Si además se adquiere maquinaria fabricada en Euskadi o España, el efecto multiplicador de la medida se dispara porque beneficia a toda la cadena de forma local. Lo que hemos trasladado a las administraciones es que seguimos teniendo problemas de financiación, que hay empresas con necesidad de reestructurar su pasivo, que sería positivo implementar más ayudas a la internacionalización en todas sus vertientes, y que hacen falta facilidades para ajustar las plantillas a los niveles de producción sin que eso signifique perder el talento que hará falta de nuevo cuando la actividad repunte.
- La pregunta es obligada esta semana. ¿Qué efecto pueden tener para la máquina-herramienta las medidas de ajuste planteadas por el Gobierno?
- Como asociación sectorial hacemos una lectura positiva del plan de ajuste, ya que si consigue reducir el problema del déficit ayudará a mejorar la competitividad del país. Los ajustes en la economía española son necesarios y se deberían haber efectuado antes y por propio convencimiento.
- ¿Teme que un recorte de la inversión pública se traslade al sector privado y, en consecuencia, acabe afectando a su sector?
- Me preocupa la paralización o ralentización de grandes proyectos de infraestructuras, que pueden incidir negativamente en la recuperación, pero en general considero que las medidas han sido bien acogidas por las empresas y entendidas por muchos de sus trabajadores.Ahora más que nunca hay que reducir el gasto superfluo para apoyar la inversión, que es la que mantendrá y generará empleo presente y futuro. España tiene un enorme reto, que es la transformación del modelo económico, y eso no se hace ni por decreto ley ni de la noche a la mañana, pero no queda otra.
Fuente: Miguel Angel Mata – Diario Vasco
Bienal Maquinas-Herramientas BEC
http://www.biemh.com/
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